He vivido en mi propia piel, lo desvirtuada que está la música como disciplina dentro de nuestro sistema educativo. Este año sin ir más lejos, apuntamos a mi hijo a Taller de Música, asignatura optativa que su instituto ofertaba. Antes de comenzar el curso, nos comunicaron que al no haber un mínimo de alumnos, quedaba suspendida. Mi tristeza fue inevitable. El hecho de que una mayoría de familias desestimen la música en pro de asignaturas que monopolizan el horario escolar, es resultado de del desconocimiento de los beneficios que la música nos ofrece o/y del miedo a que sus hijos no sigan la trayectoria escolar estereotipada que suponen que les llevará al éxito. El éxito radica en fomentar sociedades sensibles. Nada tiene que ver con seguir el rumbo que nos marca el nuevo orden mundial. Afortunadamente hay minorías que apuestan por la música para curarnos física y emocionalmente:
Músicos por la salud: Ayudamos a los más vulnerables a través de la música. Contribuimos a mejorar su estancia en hospitales o centros sanitarios. Acompañando a personas en situación de especial vulnerabilidad. Ya sean pacientes, familiares o personal sanitario.
Realizamos microconciertos que pueden disfrutar niños/as, jóvenes, adultos y mayores.
Comments