Te cuento más
Trinidad Lara
Los educadores enseñamos lo que nosotros mismos hacemos para autoeducarnos.
Recomenzar
Llevo desde 2006 dedicándome a la docencia. Un mundo tan apasionante como delicado. Y aunque pueda parecer mucho tiempo, anteriormente dedicaba mis esfuerzos a una profesión que enfermó mi ser. Escuché tarde el susurro de mi vocación educadora, entre otros motivos, porque nadie a lo largo de mi vida escolar me enseñó entre los múltiples contenidos, que escuchar nuestra verdadera esencia es el comienzo de todo camino. Decidí cambiar de rumbo vertiginosamente y aunque arduo, ha merecido la pena, y mucho. Cambio es vida.
Vital
Fueron múltiples vivencias y mi persistente pasión por indagar y comprender la complejidad del ser humano desde diferentes disciplinas, junto con el poderoso ímpetu de contribuir a una educación coherente lo que me trajo hasta aquí, donde ahora tú me lees. El tándem docencia y escritura me ha permitido desplegar no únicamente mi particular visión de la docencia con determinación, sino mi más profundo yo. Enseño como vivo. Y vivo como enseño. Y en tal desnudez anímica, queda abierta la portada para que te adentres en una reflexión que permita aportar un granito de lucidez, valentía, esfuerzo, perseverancia y coherencia a familias, educadores y resto de profesiones para que las generaciones venideras den continuidad a lo que de verdad importa. Todos educamos de alguna manera.
Educadora
Tengo el privilegio de formar parte del sistema educativo público. En concreto, impartiendo clases en ciclos de Formación Profesional dentro del ámbito de la Intervención Sociocomunitaria, y más específicamente, formando educadores infantiles. Desde mis inicios hasta el día de hoy han sido dichos aprendizajes los que me han ido permitiendo posicionarme.
Las conclusiones han sido el lento sedimento del contacto diario con jóvenes que desean convertirse en educadores, lo que ha potenciado aún más mi labor docente, pues educo a otros que a su vez, serán quienes ayuden a sentar las bases socioafectivas y cognitivas de futuras generaciones.
Coordinadora
He coordinado con los centros de trabajo las prácticas del alumnado, viendo de cerca la gran labor que hacen las escuelas infantiles con los recursos (espaciales, materiales, humanos y económicos) con los que cuentan. Y en consecuencia vislumbrando qué mejoras serían deseables para un desarrollo integral de los pequeños más sólido y coherente a nuestra condición humana.
Además de coordinar proyectos de intercambio Erasmus tanto para alumnos como para profesores, lo que me ha permitido ampliar el espectro en formas de sentir la educación.
En este ámbito y ante mi insaciable curiosidad por investigar métodos más humanísticos de enseñanza en la etapa infantil, viajé a Dinamarca y Alemania para conocer en profundidad la metodología de las escuelas bosque. Y junto con la primera homologada en la Comunidad de Madrid (Bosquescuela Cerceda) establecimos un convenio para que nuestro alumnado pudiera realizar allí sus prácticas profesionales.
Autoconocimiento
He de destacar que, si bien mi trayectoria laboral está enmarcada en determinadas etapas, el enfoque de mi obra va dirigida a docentes de cualquier etapa educativa. Las ideas tratadas son tan transversalmente humanas que mi intención ha sido dirigir la mirada hacia cuestiones íntimamente intrínsecas en todos nosotros, las cuales no germinan porque el terreno social es tan complejo y laberíntico que nos distrae de lo esencial. Sin olvidar que soy madre y este es otro de los roles que me pone a prueba cada día, para que no olvide lo difícil y hermoso que es intentar alumbrar la vida de otros.
En todo este recorrido laboral he ido transitando diferentes Institutos Públicos, experimentando distintas formas de hacer la misma labor. Para llegar a la conclusión de que más allá de métodos, enseñamos lo que somos, por lo que la autoeducación y el autoconocimiento del docente son la gran piedra filosofal del giro apremiante hacia lo importante.